Historia

Marena

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Larga vida al sueño de Mariano

Marena nació en 1980 en un local de la calle Ricardo del Arco, en el zaragozano barrio del Arrabal, como un proyecto de tres socios para dar servicio al sector del reacondicionamiento y venta de herramientas de corte. En 1991, Mariano Gracia Laguna, como administrador único, luchó por crear una empresa más especializada en herramienta de corte con el objetivo de asesorar a sus clientes en la mejora de sus procesos de mecanizado, así como de suministrarles las herramientas y accesorios necesarias para ejecutarlos. A partir de 2002, tras la inversión en las primeras maquinas CNC, empezó a fabricar la herramienta completa en sus instalaciones. Desde ese momento, la herramienta especial y la herramienta estándar han sido base de la actividad de Marena, lanzando tres catálogos propios de herramienta estándar, el último este mismo año.
Actualmente, la firma está dirigida por la segunda generación de la familia Gracia Arbués. “Mi hermano Mariano y yo tenemos muchos recuerdos de cuando éramos pequeños. Acompañábamos a nuestro padre por las tardes a la fábrica y, poco a poco, cuando teníamos vacaciones, íbamos ayudándole con pequeñas cosas, como la informática para digitalizar los datos”, cuenta con cierta nostalgia Alejandro Gracia, el menor de los hermanos y director comercial de Marena.
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Ambos tuvieron que coger el relevo de manera precipitada por el fallecimiento del fundador en un accidente de tráfico en 2008. “Yo tenía 25 años y mi hermano, 28”, recuerda Alejandro. En ese momento, él trabajaba en Madrid en el sector audiovisual y el primogénito compaginaba sus estudios de Ingeniería Industrial con sus primeras labores en la firma, donde iba asumiendo cada vez más responsabilidad hasta convertirse en gerente. “Todo cambia y siento que tengo que volver para estar en la empresa familiar y apoyar a mi hermano”, reconoce.
La transición no fue fácil. “Se nos juntó también la crisis de 2008 y pasamos una época complicada, pero, a base de esfuerzo, afortunadamente hicimos más cosas bien que mal”, opina satisfecho Alejandro. Tras varias ampliaciones, acompañadas de sucesivas inversiones en maquinaria, en 2017 la empresa se traslada desde Cogullada, donde ocupaba 400 metros cuadrados, a su ubicación actual, en La Puebla de Alfindén, con unas instalaciones de 2.000 metros cuadrados y 25 empleados. “Con el paso del tiempo y la inversión en medios de control numérico computarizado (CNC), la fabricación de herramientas de corte se ha convertido en el aspecto diferenciador de nuestra empresa, junto con nuestro know-how, un servicio al cliente ágil, la calidad de nuestros productos y la flexibilidad ante los cambios que somos capaces de ofrecer”, resume el director comercial de Marena. “Estamos empeñados en que en Aragón podemos fabricar al mayor nivel de calidad y competir en los mercados más exigentes. Consensuamos todo y trabajamos mucho en equipo. Fuimos dueños de nuestras decisiones desde el primer día, para bien y para mal. El cuento ha acabado bien, pero el camino ha sido difícil de recorrer”, concluye.
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