Historia
Metasa
Metasa
Metasa o cómo sobrevivir a los vaivenes empresariales
Metalografíca de Aragón (Metasa) comienza su actividad en Zaragoza en 1985 como proveedor de los más avanzados tratamientos térmicos en acero y otros materiales. Su fundación se gestó en las mentes de varios socios que se dedicaban al sector de la Metalografía en Aragón y en Cataluña, estos últimos pertenecientes al grupo Sociedad Anónima Metalografica (SAM), nacida en 1949 y con sede en Barcelona.
A finales de los años 90, el grupo holandés Trateriber adquiere el 70% de la firma para incorporarla a su holding de empresas de tratamientos térmicos, formado por Industrias Traterh (Madrid), Sarasketa (Elgóibar, Guipúzcoa), Sohetrasa (Amorebieta, Vizcaya), Traitesa (Barcelona) y AHC (Setúbal, Portugal). Poco después, se hace con un 20% más de las acciones y comienza un periodo de cambios en la denominación de Metasa como consecuencia de distintos procesos de reabsorciones.
Metasa siempre ha mantenido su ubicación en el polígono Cogullada de Zaragoza, si bien los equipos y hornos con los que trabaja han sufrido una evolución radical en pro de la automatización para facilitar los procesos a sus empleados y del respeto al medio ambiente. De hecho, su actividad ya no se considera propia de un pequeño agente contaminante, como fue durante años, gracias a la gestión eficaz de los residuos que genera y a la medición y control del CO2 que emite.
Este año, Metasa ha aumentado los medios productivos, técnicos y humanos con la integración de Traterva. Próximamente tiene previsto realizar nuevas inversiones para mejorar las propiedades técnicas de los tratamientos y continuar con la responsabilidad medioambiental.