Historia
Momo
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La saga continúa
Moldes Morales nace en Zaragoza en 1991, dedicada principalmente al ámbito juguetero y de menaje. Su fundador, Jesús Morales, procedía del sector del molde tras formarse y trabajar en Bilbao y haber creado una primera empresa junto con otro socio antes de seguir su carrera en solitario. Un año más tarde, Morales piensa en sacar mayor provecho a sus instalaciones de Malpica y al buen hacer de la firma ampliando sus productos a la industria de la automoción, donde enseguida se labra un prestigio y un reconocimiento entre los fabricantes. A partir de entonces, se especializa en moldes prototipo rápidos, utillajes y calibres de posicionamiento de pieza, además de fabricar moldes serie para clientes como Opel, Nissan o Seat, entre otros.
En 1998, la empresa amplía su factoría hasta alcanzar los 1.200 metros cuadrados, una apuesta que se ve respaldada por distintas inversiones en maquinaria y tecnología en los años posteriores. Así, progresivamente incorpora tres centros de mecanizado de alta velocidad de la firma Mazak y un taladro de grandes dimensiones Ixion para la refrigeración de moldes de gran tonelaje, entre otras cualidades, además de reforzar su oficina técnica con hardware y software de vanguardia. En este sentido, destaca en 2005 la adquisición de un equipo de soldadura láser portátil para cubrir las necesidades de sus clientes en sus propias plantas.
En 2010, Moldes Morales alcanza el hito más importante en su trayectoria: se produce un relevo generacional y los hijos del fundador toman las riendas de la empresa: Almudena asume la gerencia, mientras que Alfredo y Jesús pasan a liderar los departamentos técnico y de producción, respectivamente. Por último, en 2012, se suma Alejandro como responsable del área comercial y de marketing. “Nosotros hemos intentado mantener la dedicación y la ilusión de mi padre, que ha amado profundamente esta actividad”, afirma el pequeño de la saga. “Innovar y mejorar constantemente es lo que nos motiva en nuestro día a día. Por eso, en la segunda generación de Morales Molding pretendemos seguir siendo un referente en la maestría de la producción de moldes a nivel nacional”, añade.
Esta segunda etapa está protagonizada por un impulso a la internacionalización de la compañía. Para ello, se aborda la transformación de su identidad corporativa para pasar a llamarse, en 2015, Morales Molding, con una imagen más moderna y actual, pero manteniendo intactos sus valores de calidad y servicio al cliente.
Durante los últimos años las inversiones han acompañado la evolución de la empresa, a la que han llegado nuevos equipamientos con el objetivo de ofrecer un servicio más versátil y competitivo a sus clientes. Del mismo modo, se ha prestado especial atención a la innovación para poder diversificar sus productos y entrar en nuevos mercados y sectores industriales.
