Historia

ZFoam

ZFoam

30 años adaptándose al mercado

ZFoam nació en 1993 como distribuidora de espumas técnicas de poliolefinas. La empresa constató que el mercado estaba poco desarrollado y pasó de una mera distribución a realizar procesos de semitransformación básica de la materia prima. Fue a partir del año 2000 cuando ZFoam dio el salto a la fabricación de productos finales, alcanzando el extenso abanico que ofrece actualmente para multitud de sectores industriales y actividades de todo tipo: automoción e industria, packaging, deporte y construcción.

Después de unos primeros años con instalaciones en los polígonos de Cogullada y Malpica, la empresa se establece en el polígono industrial de Alfajarín. Allí ha crecido hasta contar con una superficie de 14.000 metros cuadrados de parcela y 8.000 de instalaciones.

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Actualmente se encuentra dentro del grupo GZ, al que también pertenecen las empresas Steel for Bricks, Geohidrol y TecnoGZ, que desarrollan sus actividades en los sectores de la industria, el embalaje, los aislamientos y la edificación y la obra civil. Su evolución a lo largo de los últimos 30 años ha estado protagonizada por su capacidad para adaptarse al mercado y la firme decisión de reinvertir sus beneficios en nueva maquinaria y en mejorar sus procesos productivos, manteniendo el volumen de financiación externa siempre controlado.

Como cualquier tipo de industria, ZFoam aborda un problema de costes por el aumento del precio de la energía y de las materias primas. Por eso, fiel a su continuo dinamismo, va a construir una planta fotovoltaica para producir su propia electricidad. “Esperamos que esta situación sea circunstancial, pero debemos tenerlo en mente para planear el futuro”, afirma Lausín, para quien es fundamental la competitividad: interna, optimizando sus procesos; y externa, fabricando productos más enfocados a mercados específicos. En este sentido, los próximos años de la compañía pasan también por el vehículo eléctrico. “Es una oportunidad, pero no lo veo como el futuro, sino como una transición al coche de hidrógeno”, considera Lausín. En este sentido, ZFoam está preparada y bien posicionada para los retos que presenta esta nueva movilidad. “Tenemos capacidad para desarrollar productos dirigidos a mejorar la eficiencia de las baterías y la habitabilidad de los pasajeros, ya que aportamos valor en cuanto a ligereza y aislamiento térmico y acústico”, concluye el director general de la compañía.